Doris Riera, es Directora de la Escuela Subacuática Platense, proyecto que comenzó en julio de 1995. De una
sólida formación y experiencia en el maravilloso mundo sumergido, Doris, por
sobretodo, se caracteriza por su calidez como persona y responsabilidad como
instructora. Conozco personalmente su Escuela pues fui alumno de esta buceadora
intrépida, que sabe magistralmente trasmitir, tanto conocimientos y vivencias,
como buena energía.
¿Qué me
impulsó...? La verdad es que no se, creo que fue desde siempre… tal vez de otra
vida… era chica cuando veía en la televisión en blanco y negro el programa de
Lloyd Bridges “Caza Submarina”. Estaba fascinada con ese mundo subacuático…
esperaba ese día de la semana para ver las aventuras bajo el agua… soñaba con
eso. Pero en ese entonces no había escuelas de buceo que no fueran las de las
fuerzas armadas.
- Antes el buceo era cosas de hombres, sé que fuiste una de las primeras, contános, ¿cómo fueron tus primeros pasos en la profesión?
Así es… en el
año 82 me enteré que en La Plata había una escuela que enseñaba buceo
deportivo… me anoté con gran entusiasmo. En ese entonces Prefectura Naval
Argentina regulaba la actividad, es decir que si bien el curso lo dictaban
instructores civiles, era PNA la que tomaba los exámenes finales, tanto
teóricos como prácticos. Y eran muy duros… de mucha exigencia física, porque
los equipos no eran los que hay ahora y se requería de buen estado físico para
realizar buceos seguros (allí surge la creencia que para bucear hay que ser
“atlético”) ahora eso ya no es así, gracias a la evolución de los equipos que
utilizamos actualmente. Recuerdo con mi orgulloso ego (je) que nos anotamos
diez mujeres y sólo dos, logramos terminarlo exitosamente… aún a pesar de mi
1.53 y 50 kg. Y ni hablar luego con los años para llegar a ser instructora en
un mundo donde todos eran instructores hombres, y las mujeres sólo estaban en
la parte administrativa de las escuelas. Fui una de las primeras, sino la primera mujer
instructora “al pie de la pileta”, es decir en el agua, enseñando a los
alumnos… aunque no era inconsciente, de mis limitaciones... por lo que siempre
tuve a mi lado ayudantes para la seguridad y control.
- ¿Qué sentís, como ser humano, cuando estas a metros de
profundidad rodeado de un mundo tan distinto al cotidiano?
Que siento… me siento en un mundo ingrávido… puedo
imaginar que estoy en el útero materno… me permite estar en mi interior y desde
allí… disfrutar un mundo distinto y fascinante, siento paz, observar la vida
subacuática es como trasladarse a otro planeta…
- ¿Has buceado
junto a fauna acuática?
Si… pude bucear
con ballenas en la época que aun estaba permitido, y con lobos marinos. Tuve
una experiencia hermosísima buceando con pingüinos cerca de Pirámides, y varias
veces en el Caribe realicé buceos con tiburones… y nadé junto a un delfín
entrenado… ¡¡¡ahhh!!!..., inolvidable. Está pendiente en mis deseos bucear con
el gran tiburón blanco (con la protección de la jaula, claro) y con los
manatíes… aún no pierdo las esperanzas de hacerlo.
- Contanos sobre la pérdida de colores que vas experimentando a medida que descendés, y cómo se va transformando el mundo acuático ante nuestros ojos
¡Ah...! Esa
pregunta es de un buzo! así es, por un fenómeno físico, a partir de los 10
metros de profundidad ya no podemos ver los rojos, luego perdemos los naranjas
y los amarillos, esto es por la absorción de luz que produce la masa de agua…ya
que esos colores requieren de determinada longitud de onda para verse y por eso
se llaman colores cálidos… mucha luz para verlos. Por este motivo, cuando uno
va descendiendo el entorno comienza a verse en tonos de verde, azules y grises…
hasta que si seguimos bajando también se pierde el verde para quedar todo en
tonos de azules… por eso eso lo de “azul
profundo”… es como un cielo… los fondos marinos parecen ser el universo
azul…luego grises… hasta llegar a la noche oscura… ¡fascinante!
- Relátanos alguna experiencia por la que hayas pasado que te halla conmovido poderosamente.
En el año 1999,
en un viaje a las Islas Bahamas, hacíamos un “vida a bordo”, siete días
viviendo en el velero y buceando por las islas. Llevábamos a dieciséis alumnos
en este viaje y ya habían transcurrido
cuatro días, así que los alumnos se manejaban solos, por lo que decidimos, el
otro instructor y yo, a disfrutar de los buceos plenamente. El Dive Master del
operativo (el guía que conoce los lugares y organiza los buceos) nos indicó que
habíamos llegado a un lugar, al que hizo conocido el gran maestro Jacques
Cousteau, porque en ese lugar descubrió una especie de muro, que está en medio
de la nada, en pleno Caribe y en los bordes
de lo que
se llama el Triángulo
de las Bermudas, lo que nunca se supo a ciencia
cierta a que pertenece ese muro. Se hablaba de la Atlántida.
Cuando escuchamos eso, fue una conmoción la que sufrimos
los dos, tanto que nos llevó a una emoción que se manifestó en lágrimas… porque
ambos habíamos leído acerca de ese lugar… y alucinábamos con bucearlo…,¡y no
sabíamos que nos dirigíamos justamente a él!
Así de emocionados, comenzamos la inmersión en búsqueda de la famosa
muralla…y no encontrábamos nada…, sólo
veíamos rocas lisas…. pero nada más. Tantas vueltas dimos que perdimos la
orientación para volver al barco, por lo que Walter (el otro instructor) se
dirigió a la superficie para orientarnos, mientras yo me quedé abajo esperando…
con esa aguas cristalinas eso puede hacerse... no era muy profundo sólo unos 16
metros más o menos. … de pronto veo que me hace señas para que suba…, ¡muy
insistentemente…! Subí y desde la superficie me mostró: “Mirá hacia abajo”, me
dijo muy emocionado… y lo que vi aun lo recuerdo vívidamente. Desde esa
perspectiva se veían claramente las piedras con bordes rectos, encastradas,
formando una larga fila, que era, ¡¡¡ni más ni menos que la parte superior
visible de una especie de muralla!!! Desde abajo cerca, y con los bordes
deteriorados por la erosión y algas adheridas no nos dábamos cuenta. ¡Fue
maravilloso...!
- Como buceadora de las profundidades ¿qué sentís ante la terrible contaminación que realiza el hombre a las aguas del planeta?
¡Qué es terrible…! Es lo mismo que tirar basura dentro de tu casa… si somos capaces de hacerle al mar lo que le estamos haciendo, en cualquier momento vamos a comenzar a vaciar el tacho de basura en el living del vecino. La depredación de las pescas industriales sin control, las clandestinas… están exterminando especies… Podemos ver eso en nuestras costas. En nuestro sur los mariscos estaban muy cerca de las costas… a escasa profundidad…¡a 5 metros…! Ahora para poder recolectarlas los marisqueros tienen que bucear a 20 metros de profundidad. Los transportes de combustibles contaminantes que derraman sus contenidos, las playas y sus desperdicios. Tiene que haber más buzos... ¡Cuánto más buzos…! ¡Más somos para defender el ambiente marino. Los buzos sabemos respetar la casa ajena… porque es lo que admiramos, es donde vamos de visita… es donde disfrutamos… Por eso, ¡Hay que hacer grandes campañas para esta actividad…
- Mucha gente cree que bucear es difícil, o peligroso. ¿Es tan así?
No, desde la aparición del Chaleco Compensador el buceo
se abrió para todos… hasta para los niños! Dejó de llamarse Buceo Deportivo
para llamarse Buceo Recreativo. En esta
actividad hay que
hacer un curso en una escuela habilitada debidamente, para obtener el
brevet oficial que permite contratar los servicios de una operadora de buceo,
donde se alquilan los equipos y la embarcación con sus guías para las
inmersiones. Para realizar el curso es importante saber nadar, tener
acuaticidad, y muchas ganas de conocer el maravilloso mundo subacuático. No hay
edades límites, a partir de los doce años...
y si se tiene 80 años, goza de buena salud, y saber nadar se puede
bucear con seguridad, conociendo los limites de cada uno y aceptándolos, se
pueden realizar buceos placenteros y muy seguros.
- Contanos sobre tu escuela de buceo
Es Platense, nació en Julio de 1995 en La Plata, y desde
entonces, hace ya catorce años, no ha dejado de enseñar buceo, se ofrecen tres
cursos al año de la primera categoría, además de las categorías avanzadas, para
los que ya tienen experiencias. Nuestros cursos se caracterizan por ser
intensos, con programas de estudio que corresponden a los estándares de
O.L.A.S. (Organización Latinoamericana de Actividades Subacuáticas), certificadora
a la que estamos afiliados. Los cursos tienen una duración de tres meses, son trece clases teóricas de dos hora cada
una y trece clases prácticas también, de dos horas de duración. Si bien se
comienza en grupos, la instrucción es personalizada de acuerdo al nivel de cada
alumno, ésto es posible porque hay tres instructores y un ayudante en pileta
para asistencia a los alumnos y correcciones personalizadas. También
organizamos salidas de instrucción para completar el curso en aguas naturales y
viajes para los alumnos ya certificados a Brasil y Bahamas, o al destino que se
elija. No son cursos “turísticos”, es un curso donde el alumno termina con un
conocimiento de sí mismo, del equipamiento que utiliza y de la teoría acerca de
la física y fisiología que le permite hacer inmersiones seguras y placenteras.
Nuestro lema es: "SE TEME LO QUE NO SE CONOCE".
Estamos comenzando un nuevo curso este año. Espero nos llamen para más
información e inscripción!
- Gracias Doris!
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