Aporte desde la perspectiva sociológica durkheimniana.
Ensayo
Por Maximiliano Salomoni
15 | 12 | 2020
Ilustración: “Mujer maltratada con un bastón”
Autor:
Licencia: Dominio público
Centro La Grulla
La Plata, Argentina
Introducción
En Argentina el femicidio se tipifica como delito (i) en la Ley 26.791 del año 2009 y es definido como el homicidio realizado contra "una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediante violencia de género". En 2016, se incorporó la categoría sexo/género de la víctima, incluyendo a mujeres trans y travestis. Se entiende violencia de género como “violencia ejercida contra las personas que implique toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal que las afecte. La misma comprende las perpetradas desde el Estado o por sus agentes” (ii).
Estimo que son múltiples las formas de estudiar el
femicidio desde la teoría durkheimiana, definiré lo que entiendo podría ser una
de ellas: El femicidio como una
consecuencia extrema de la violencia de género del discurso machista. Interesa
visibilizar aquí al machismo como un hecho
social, instituido y empoderado en el patriarcado, el que, en su más brutal
expresión, puede generar el femicidio. Bajo esta perspectiva, no se considera
al femicida en tanto individuo, sino como actor social producto del machismo instituído.
Veremos que el discurso machista preexiste al nacimiento de cada hombre y
genera sobre ellos, mediante distintos mecanismo de presión social, conductas y
cosmovisiones que existen más allá de cada individuo. Estamos aquí en presencia
entonces de lo que Durkheim define como una institución
social.
I. El Hecho Social.
Émile Durkheim es considerado uno de los fundadores de la
sociología. Aunque inmerso en el positivismo científico decimonónico y
biologicista -que culminó fosilizado tras la crisis del pensamiento occidental
en el siglo XX-, dejó en su obra importantes elementos que perduran, no sólo en
la sociología, sino para todas las ciencias humanísticas. Su insistencia en
consolidar un campo de estudio específico para la sociología como ciencia social separada de
la psicología, rescatando la visión holística -en tanto estudio de las manifestaciones
sociales como totalidad, no como acción particular de cada individuo- resulta
de utilidad en este caso para entender la relación entre femicidio-machismo.
Las estadísticas de
femicidios, por ejemplo los registrados por el Observatorio Nacional Mumalá en
Argentina durante 2020, publicados en distintos medios (iii) desnudan una
realidad terrorífica: mujeres asesinadas de manera bestial por lacras humanas.
Las cifras y datos poseen además de un valor emocional -dado que cada número es
una persona- una utilidad científica: visibilizar un hecho social. Para
Durkheim el datum -los métodos estadísticos- expresan una realidad sociológica: “la estadística proporciona la manera de aislarlos”
(Durkheim, 1997, p.46). ¿Por qué no analizarlo desde la psicología, tratándose
de asesinos? Porque desde la óptica durkheimiana los fenómenos sociales son
externos a los individuos. Se presentan fuera de la conciencia individual de
cada persona y esto lo constituye en el campo de la sociología (Durkheim, 1997)
aunque pueda ser, a la vez, un hecho psicológico “participan a la vez de los
dos reinos” (Durkheim, 1997, pp. 46-47). Pero lo que interesa aquí es constatar
la existencia de una influencia discursiva que precede al nacimiento de la
persona -el machismo en este caso- y verificarlo, siguiendo a Durkheim, como hecho social: “toda manera de hacer (…),
susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción exterior (…), de una
sociedad determinada teniendo una existencia propia independiente de sus
manifestaciones individuales” (Durkheim, 1997, pp. 51-52).
II. El Machismo como Institución Social
El machismo
como hecho social, como discurso, se instala desde el nacimiento y acompaña el
crecimiento de los hombres, se reproduce en el medio cultural patriarcal a
través de distintos modos de coacción sobre éstos generando una mentalidad machista que en muchos casos
llega a manifestarse como violencia de género en un amplio abanico que va desde:
chistes descalificantes hacia la mujer, estructuraciones desiguales de la
sociedad misma -relaciones laborales, familiares, etc.- hasta hechos de extrema
gravedad para la vida como el femicidio. Este discurso o hecho social, es una
institución del patriarcado, el autor define institución como “las creencias y
modos de conductas instituidos por la comunidad” (Durkheim, 1997, p.31) – y es
objeto de estudio entonces de la sociología-. Se imponen por encima de nuestra
voluntad “ciertas maneras de obrar y ciertos juicios que no dependen de cada
voluntad” (Durkheim, 1997, p.30). Analizar la forma en que el machismo
patriarcal naturaliza a la mujer como un ser inferior, cosificada y factible de
violentarla, es parte de una construcción social.
Este supuesto derecho
natural (que es en realidad una construcción cultural) sobre la mujer preexiste
y se impone desde niño: El hecho social expresa su poder de coacción en este
caso sobre los hombres de diversas maneras: en el miedo a no ser “macho”,
salirse de la norma tiene consecuencias: desde burlas a rechazos más graves por
parte del medio cultural machista que lo rodea.
Por otro lado se constata resistencia
del entorno a que alguien rompa el modelo de masculinidad patriarcal esperado. Ya
sean hijos u otro tipo de lazo familiar o cualquier vínculo donde haya una
relación de dominación –laboral, vínculo afectivo de cualquier índole- la
presión opera en esperar determinadas formas de conducta de la otra persona.
Salirse de la norma, el prototipo de modelo de hombre, es sancionado con mayor
o menor rigidez, por el entorno. Para Durkheim, la coacción es un rasgo
fundamental para reconocer la presencia de un hecho social “El hecho social
consiste en maneras de hacer o de pensar, y son reconocibles por la
particularidad de que son susceptibles de ejercer sobre las conciencias
individuales una influencia coercitiva” (Durkheim, 1997, p.27). Debemos señalar
que Durkheim no utiliza el término coacción solamente para visualizar el uso de
la fuerza para obligar a actuar o a hacer algo en contra de la voluntad de
alguien, sino que justamente resalta la forma no rígida de la coacción social,
ésta “se debe al prestigio del que están investidas ciertas representaciones”
(Durkheim, 1997, p.28).
El hecho social se expresa
entonces por el "deber" y por
el "bien". El deber -el carácter coercitivo del hecho social- es un
signo exterior fácilmente perceptible. El bien -la creencia o conveniencia que
el individuo ve en él mismo- es más íntimo y por ello menos susceptible de ser
captado. Además, en ciertos casos existe una doble convivencia: ciertas
instituciones se imponen, obligan, pero al mismo tiempo la persona sometida
saca provecho de su funcionamiento. “Nos constriñen y nosotros sacamos provecho
de su funcionamiento y de la coacción misma que ejercen sobre nosotros”
(Durkheim, 1997, p.28).
Conclusión
No toda
persona machista va a cometer un femicidio, pero si se verifica en los datos
que el femicidio es un producto del machismo patriarcal. No es un asesinato únicamente
movido por motivos psicológicos del agresor sino apoyado por un modo cultural
que le otorga entidad y derecho a violentar a la mujer. En Argentina en el 2017
el 93% de los imputados de todo el país fueron varones con quienes las víctimas
tenían un vínculo o conocimiento previo, el 60% de los casos provienen de sus
parejas y ex parejas (iv). En las estadísticas del Observatorio Mumalá se
constatan los femicidios durante la cuarentena obligatoria por la pandemia
Covid 19. La presencia forzada y estrecha en el hogar de maridos reforzó la
violencia de género. En los datos también sobresale el gran número de
femicidios realizado por maridos y ex maridos, es decir hombres que ven a sus
mujeres como objetos propios y con derecho a violentarlas.
No se
está diciendo aquí que los agresores tengan menos culpa por ser influenciada su
conducta por la mentalidad machista preexistente en la sociedad. No son los
hombres las víctimas aquí. Sino que, lo que se pretende señalar es la
existencia de una institución social, el machismo, donde la violencia de género
es moneda corriente y actúa como base para que algunas personas encuentren
justificación al maltrato hacia las mujeres. “Toda sociedad produce fenómenos nuevos, diferentes
de los que hay en las conciencias solitarias, estos hechos específicos residen
en la sociedad misma que los produce y no en sus miembros, en este sentido,
exteriores a las conciencias individuales consideradas como tales” (Durkheim,
1997, p.22). Durkheim es claro aquí, en relación a las instituciones sociales
que son en esencia maneras de pensar, actuar y sentir (Durkheim, 1997). Su
análisis puede ser aplicado para aislar y visibilizar al machismo como
institución social. Para mostrar su génesis, sus coacciones hacia el interior
mismo de la mentalidad de hombres -y también de mujeres- que integran la
mentalidad machista y además, los efectos que producen los machistas sobre otras
personas a las que hacen blanco de la violencia de género.
El femicidio es la más
extrema de las acciones deplorables del machismo, pero las posibilidades de
cometer violencia de género son muchas, de diverso grado y naturaleza, posibilitadas
y legitimadas por una institución patriarcal, el machismo cultural.
Bibliografía
Durkheim, E.
(1997). Las Reglas del Método Sociológico. México: Fondo de Cultura Económica.
Fuentes web
I-
Código
Penal. Consultado el 3 de diciembre de 2020. Información Legislativa y
Documental: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/205000-209999/206018/norma.htm
II-
Ley
de Protección Integral a las Mujeres. Consultado el 3 de Diciembre de 2020.
Información Legislativa y Documental: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/150000-154999/152155/norma.htm
III-
Registraron
181 femicidios en Argentina, uno cada 32 horas, y 118 durante la pandemia.
Obtenida el 1 de Diciembre de 2020. Perfil. https://www.perfil.com/noticias/policia/181-femicidios-argentina-uno-cada-32-horas-118-en-cuarentena.phtml
IV-
Resumen del Informe del
Registro de Femicidios de la Justicia Argentina. Consultado el 3 de diciembre de 2020: https://www.csjn.gov.ar/omrecopilacion/docs/resumen2017fem.pdf
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