Génesis del Libre Mercado

Primeras Críticas a la Intervención del Estado

Por Maximiliano Salomoni






Divulgación Histórica

Por Maximiliano Salomoni

30 | 03 | 2021


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         Ilustración: Escenas del puerto meridional con comerciantes"

Autor: Storck Harbour (1644-1708)

Licencia: Dominio Público 




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El aristócrata Dudley North, tiene el primer lugar en la lista que seguiría luego de críticos al mercantilismo. En sus Discursos sobre el Comercio que aparecieron en 1691 criticó la política mercantilista en dos puntos principales: Primero, las restricciones que el estado, en su afán de atraer moneda al país, había impuesto sobre el comercio externo, y, segundo, la limitación legal impuesta al nivel de los intereses.

Sobre ambas cuestiones North reclamará consistentemente que el estado cese su interferencia en la vida económica. North sale así en defensa del capital mercantil y monetario contra las restricciones estatales. El objetivo de los mercantilistas  era incrementar el stock de dinero de la nación mediante el comercio exterior, se trataba de intercambiar productos por dinero.

Con North cambia el concepto mismo del dinero. El comercio es un intercambio de ciertos productos por otros; el comercio externo, es un intercambio del producto de una nación por el de otra, para su beneficio común. Aquí la moneda funciona simplemente como un medio.

“El oro y la plata, y, a partir de ellos, el dinero, no son nada sino pesos y medidas, por medio de los cuales el tráfico se lleva a cabo más convenientemente de lo que lo sería sin ellos” (Rubin, 2013, p. 21).

North contrario a la opinión pública que adjudica cualquier estancamiento en el comercio a una escasez de dinero, afirma que el estancamiento se debe, no a una escasez de dinero, sino a una ruptura en el flujo estable del intercambio de mercancías. No puede haber escasez de dinero, dado que un país, imprima o no su propia moneda, siempre se halla en posesión de tanto dinero como es necesario a los propósitos del comercio:


“ningún hombre es más rico por tener su propiedad acumulada en dinero, platerías, etc. Al contrario, eso lo vuelve más pobre. Pero  es rico es aquel hombre cuya propiedad está en una condición de crecimiento, ya sea bajo la forma de tierras para la producción, de dinero que rinde interés o de mercancías para el comercio” (Rubin, 2013, p. 22).

 

North llevará más allá la idea ya insinuada en los mercantilistas sobre el impulso al libre comercio: aquí el dinero ya será sólo un medio para estimular el comercio, el estado es la traba para la libertad de comprar y vender.

 “el mendigo quiere dinero. ¿Qué es lo que el haría con el dinero, si lo tuviese? Compraría pan. Entonces, lo que él quiere, en verdad, no es dinero sino pan”.  (North, p. 525).

 

La circulación de dinero se regulará a sí misma para corresponder con las demandas de la circulación de mercancías, las medidas diseñadas para retener dinero dentro del país solamente retardarán el comercio. El ideal de North es que el comercio mundial sea tan libre e irrestricto como sea posible.

Por otro lado un país que se aferra al dinero en sí, no es rico sino pobre, ya que un país rico es aquél cuyo patrimonio está en una condición creciente, ya sea en tierras de labranza, dinero a interés, o bienes en el comercio. Ya sea un individuo o una nación entera, el enriquecimiento será el resultado no de la acumulación de dinero en efectivo, sino del continuo poner su capital monetario a la circulación- como dinero que da ganancia.

North extendió este mismo principio de no interferencia gubernamental a otra cuestión, la del nivel de los intereses. Tras la derogación de las leyes medievales que prohibían el pago de intereses en 1545, se podía cobrar interés por los préstamos hasta un el 10% anual. Y hacia el 1652 el tope legal bajó a 6%.

La aristocracia terrateniente presionaba para lograr mayores reducciones de la tasa de interés, debido a estilo fastuoso de vida y los préstamos que necesitaban la arrojaban a las garras de usureros. Una caída de los intereses, a los terratenientes los beneficiaba de dos maneras: se reducirían los pagos de intereses por sus deudas con los prestamistas, y el precio de la tierra subiría y con él, la perspectiva de venderla con mayor ganancia.

También beneficiaría a la burguesía comercial e industrial, especialmente de quienes tenían intereses en los asuntos de la Compañía de las Indias Orientales. Cuanto más bajos los intereses sobre los préstamos, más dispuestos estarían los rentistas a invertir sus fondos disponibles en acciones de la Compañía y más alto se cotizarían esas acciones.

Aunque todos los defensores del capital demandaron la eliminación total de estos controles, North creía que una reducción en la tasa de interés no era una medida correcta ya que esto beneficiaría más a la nobleza que a los comerciantes.


 “El dinero puesto a interés en la nación no es ni en una décima parte puesto a disposición de la gente de comercio para administrar sus negocios, sino que la mayor parte es para el suministro de lujo y para sostener el gasto de personas que, aunque grandes dueños de tierras, gastan más rápido de lo que sus tierras recaudan” (Rubin, 2013, p. 23).

 

Un límite legal a la tasa de interés solo crearía una dificultad y una situación precaria para los mercaderes que buscan crédito, y ejercería una influencia retardatoria sobre el comercio.

Creía que no eran los intereses bajos los que podían potenciar el hacen el comercio, sino el incremento del comercio, lo que puede hacer bajar los intereses. Al aumentar el número de capitales que se acumulan e invierten el nivel de los intereses caería por la expansión irrestricta del comercio, no por una regulación compulsiva.

 

“Será lo mejor para la nación dejar que prestatario y prestamista hagan sus propios negocios, de acuerdo con las circunstancias en las que se encuentren” (Rubin, 2013, p. 23).

 

Si los mercantilistas sostenían la estricta tutela del estado sobre la vida económica, North reclamaba el libre comercio y la no intervención del gobierno, dado que es imposible “obligar a los hombres a hacer negocios de una manera determinada”.

 


Bibliografía

- Rubin, I. (2013). Una historia del pensamiento económico. Trad. Graciela Molle. Buenos Aires: U.B.A. (Cap.6)

- Dudley North, “Discourses upon Trade”, en Mc Culloch, “Early English Tracts on Commerce”. Obtenido el  29 de Marzo 2021 en: https://oll.libertyfund.org/title/north-a-select-collection-of-early-english-tracts-on-commerce-1856


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